martes, 6 de diciembre de 2011

JACO HUBIERA CUMPLIDO 60 AÑOS


El 1 de diciembre John Francis Anthony Pastorius III, m{as conocido como Jaco, hubiera cumplido sesenta años. La foto que ilustra este breve homenaje es de 1986, un año antes de su muerte producida en una gresca nocturna. Jaco, el más grande bajista de todos los tiempos, había sido diagnosticado como bipolar en 1982 pero sus mágicos dedos no dejaron nunca de trabajar. Desde la separación de la formación clásica de Weather Report (banda en la que coincidió con nuestro compatriota Alex Acuña, el músico compartió escenarios con varios artistas y dedicó mucho de su talento a su carrera solista. Además, recorrió el mundo como miembro de la banda de la canadiense Joni Mitchell, a quien ayudó a formar el sonido que la caracterizó en esos tiempos. ¿Qué estaría haciendo si hubiera sobrevivido a aquel ataque? ¿qué extraordinarios avances habría ideado para las cuatro cuerdas? ¿hubiera podido continuar a pesar de sus adicciones y problemas mentales? Jamás lo sabremos, solo queda escucharlo y admirarse, como siempre...

miércoles, 16 de noviembre de 2011

EL TOQUE CRIOLLO


Nuestra música criolla encanta al mundo entero desde hace años. Es más, durante las últimas décadas ha sido más apreciada fuera que dentro del país, salvo por sus fieles cultores, músicos entrenados en los fragores de la bohemia popular, quienes han mantenido una tradición a toda costa, al margen de modas, fusiones hechas a la ligera e incluso poniéndose por encima de las tendencias actuales que sugieren un supuesto interés de la juventud por la música criolla. Este interés, sin embargo, se limita a una versión aguada - algunos publicistas y productores la consideran "sofisticada" - que intenta aplicar el reduccionismo característico de la música que suele escucharse en restaurantes u hoteles de lujo, centros comerciales, ascensores, desfiles de moda y discotecas (el famoso lounge-chill-out).

No soy de los que rechazan a rajatabla las expresiones folklóricas que integran elementos de otras procedencias - o incluso de la tecnología - pero definitivamente es necesario puntualizar que todo aquello que hoy está sucediendo en la música criolla de nuestro país requiere pasar por ciertos tamices antes de ser aceptado como la nueva sonoridad de valses, festejos o polkas. Escuchar que ahora todos los valses se toquen y se canten de manera semejante a las baladas - cuando originalmente no fueron compuestos ni grabados así - resulta demasiado efectista para mi gusto. No todo debe sonar a fusión con el jazz o el bossa nova, sobre todo porque en la mayoría de casos tampoco consiguen un buen resultado aunque gocen de la preferencia de las mayorías.

El toque criollo - ese trinar de guitarras tan característico que se escucha en las grabaciones de conjuntos como Fiesta Criolla, Los Embajadores Criollos, Los Troveros Criollos - ha sido enriquecido por guitarristas de extremada calidad armónica como Álvaro Lagos, Willy Terry, José Purizaca, Félix Casaverde y más recientemente Yuri Juárez, quienes combinan a la perfección escalas del jazz, la música brasileña e incluso progresiones clásicas pero sin dejar de lado y más aun, poniendo siempre por delante ese sabor, esa calle que hace a los músicos tradicionales.

Esa calle que no se encuentra por ejemplo, en conjuntos como Los Ardiles o cantantes como Pamela Rodríguez, inflados por la publicidad a distintos niveles (mientras los primeros son considerados los "peñeros modernos", la segunda es elevada como la voz definitiva de la fusión). Pueden conocer el repertorio, pueden codearse con criollos legítimos y músicos de calidad, pero no transmiten nada a quienes realmente saben algo de este asunto, aquello que los mencionados guitarristas - así como tantos otros que permanecen en un injusto anonimato como por ejemplo el guitarrista que acompaña a Bartola en su programa Una y mil voces o el guitarrista de Son y Sabor conjunto estable de la "peña" (¿peña o discoteca?) De Rompe y Raja. El Perú es tierra de excelentes guitarristas, solo menciono dos ejemplos de ese toque criollo, ese toque de jarana que gracias a su trabajo, no se perderá jamás, aunque nadie los conozca masivamente.



Willy Terry: sus bordones, sus repiques y sus trinos resumen toda la historia de la música criolla. Aquí junto a Lucy Avilés (la hija de don Oscar) y Eduardo Abán "Papeíto")

jueves, 10 de noviembre de 2011

SUITE THE PLANETS: MÚSICA DE CIENCIA FICCIÓN


Entre 1914 y 1918, la Tierra vio desgarrados sus cimientos por la desolación y el terror. La Primera Guerra Mundial asoló prácticamente todo el continente europeo y países de ultramar como Japón y los EE.UU. tomaron participación del primer conflicto de enormes dimensiones del siglo 20. En esos años, un compositor inglés - quizás el único reconocible dentro del vasto universo de la música clásica dominado por alemanes, italianos, rusos, franceses y países de Europa Oriental - se abstrajo de todo y se fue al espacio exterior, materializando en épicas orquestales una realidad totalmente ajena a lo que ocurría en su planeta, casi como un intento de escapar de las agresividad humana que destruía y asesinaba en nombre de los siempre mezquinos intereses político-económicos.






Gustav Theodore von Holst (posteriormente se haría llamar simplemente Gustav Holst, 1874-1934), un compositor y profesor de música que tuvo que abandonar el piano y cambiarlo por el trombón debido a una condición médica que afectaba la movilidad de su mano derecha, escribió entre 1914 y 1916 la Suite The Planets Op. 32, a los cuarenta años de edad, animado por el interés que había desarrollado en la astrología de la mano de uno de sus mejores amigos, el escritor y dramaturgo Clifford Bax. Inicialmente pensada como un dueto para piano, pasó poco tiempo antes que el ambicioso proyecto se convirtiera en sinfónico y actualmente es una de las suites orquestales más famosas e interpretadas de la música contemporánea, aunque alguna vez su autor manifestó que la popularidad que alcanzó opacaba otros de sus trabajos, que él consideraba de mayor calidad musical.






The Planets tiene siete movimientos, cada uno de ellos nombrado a partir de los planetas del sistema solar. Como el concepto de esta obra es astrológico y no astronómico la Tierra no estuvo incluida, pues la intención de Holst era dar vida musical a las relaciones e influencias de cada planeta sobre la psiquis del ser humano (aunque por este tema el Sol y la Luna podrían también haber formado parte de la suite, eso entraría en conflicto con el título de la misma). En el caso de Plutón, su ausencia se debe a que fue descubierto en 1930, doce años después de su estreno y posteriormente a eso Holst no manifestó interés alguno en componer un movimiento más sobre el planeta nuevo. Como todos sabemos, en el año 2006 la Asociación Internacional de Astronomía "degradó" a Plutón que dejó de ser el noveno planeta para convertirse en un planeta enano, lo cual deja intacta la naturaleza de la suite de Holst como obra íntegra relacionada a los planetas del sistema solar.






Cada uno de los planetas de Holst tiene un subtítulo, que caracteriza a cada movimiento con su significado astrológico y sus relaciones con las ciencias que estudian los horóscopos. Así el orden de los movimientos es como sigue:

1.- Mars: The bringer of war (Marte: El portador de la guerra)
2.- Venus: The bringer of peace (Venus: el portador de la paz)
3.- Mercury: The winged messenger (Mercurio: El mensajero alado)
4.- Jupiter: The bringer of jollity (Júpiter: El portador de la alegría)
5.- Saturn: The bringer of old age (Saturno: El portador de la vejez)
6.- Uranus: The magician (Urano: El mago)
7.- Neptune: The mystic (Neptuno: El místico)

La instrumentación de la suite está fuertemente dominada por los metales, los vientos y las percusiones, además de las volátiles atmósferas creadas por los ensambles de cuerdas de una sinfónica elemental. Las melodías reflejan de manera muy clara la naturaleza de cada cuerpo celeste, en lo que podríamos llamar una cartografía astrológica en partituras. Mientras Marte, Júpiter y Saturno son impresionantes, enérgicas y fuertes; Mercurio, Urano y Neptuno son enigmáticas, misteriosas y oscuras. La más apacible, Venus, reposa sobre los clarinetes y violines en envolventes formas.




Holst, amante de la poesía norteamericana y de las óperas de Wagner, fue el primer compositor sinfónico en dirigir el escapismo musical hacia el especio exterior, décadas antes de que aparecieran las películas que recreaban galaxias lejanas, contactos extraterrestres y naves espaciales, en una inteligente y sobrecogedora combinación de astrología y mitología. Entre Arnold Schoenberg y John Williams, la suite The Planets de Gustav Holst es la primera composición musical de ciencia ficción, subgénero que actualmente no puede ser desligado de la cinematografía fantástica. A más de 90 años de su estreno, posee una vigencia y fortaleza sobrecogedoras.

jueves, 3 de noviembre de 2011

SUPERSTAR


En el universo de la música pop hay canciones que marcan el camino hacia los futuros gustos de los melómanos empedernidos. En los 80s, en medio de la música criolla casera, los boleros y rancheras de la televisión, el rock clásico, el progresivo, el metal y el punk de la rebeldía adolescente y las baladas en español de la radio, un día llegó a mis manos un cassette de carátula marrón que en el medio decía "Carpenters", escrito con una grafía elegante y sutil.

Después me enteraría de la importancia del dúo de hermanos Richard y Karen Carpenter, de la genialidad del pianista, arreglista y compositor y del drama marcado por desordenes alimenticios de la baterista y exquisita vocalista. Pero en esa época solo logré obsesionarme con una canción, el tema 4 del lado A de ese artefacto hoy extinto: Superstar. Casi cuatro minutos de triste melancolía en una melodía dominada por finos arreglos para vientos y una letra cargada de romanticismo cinematográfico. Las imágenes de la señorita anhelando el regreso de la superestrella que le había prometido amor eterno quedó imborrable de mi memoria.

Superstar me hizo integrar a mi ya ecléctica manera de escuchar música las suaves melodías de los Carpenters y permaneció durante años como una de mis canciones favoritas. Hasta ahora, cada vez que escucho su cautivante inicio me acuerdo de esas tardes en que combinar canciones de géneros diferentes y hasta opuestos era la actividad más placentera del mundo.

Superstar fue compuesta por dos grandes del pop-rock norteamericano: Leon Russell y Bonnie Bramlett para el colectivo Delaney & BOnnie (en el cual alguna vez alternaron Eric Clapton, Isaac Hayes, George Harrison, entre muchísimos otros. La versión original apareció como lado B de un single llamado Coming home en 1969 y es la mismísima Bonnie quien interpreta esta hermosa balada pop. Su título original era The groupie song, haciendo alusión, desde luego, a las "groupies", ese batallón de seguidoras que abandonaban todo por sus artistas favoritos y que eran capaces de convertirse en sus novias de carretera con tal de seguirlos a todas partes.

Sin embargo esta versión no tuvo tanta resonancia y fueron los Carpenters quienes la transformaron en clásico. A pesar de que ya había sido grabada por Rita Coolidge y Bette Midler,los arreglos de Richard definieron Superstar como canción inolvidable, hasta el punto que todas las versiones previas desaparecieron del ideario popular, que la considera un tema original de los hermanos más famosos del pop en las décadas prodigiosas.

En los años siguientes, una variopinta lista de artistas disímiles, desde Luther Vandross hasta Sonic Youth, han grabado este tema y aunque cada quien le imprime su marca registrada, siempre será mi favorita la versión cantada por Karen Carpenter. Aquí va, del tercer álbum del dúo californiano titulado simplemente Carpenters (lanzado en 1971), Superstar.





La versión original cantada por Bonnie Bramlett.


La versión en vivo de la banda de Mad Dogs and Englishmen de Joe Cocker, cantada por Rita Coolidge.


La marciana versión de Sonic Youth, grabada para el álbum tributo If I were a Carpenter y posteriormente incluida en la banda sonora de Juno.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

PEARL JAM: DO THE EVOLUTION


Pearl Jam es ya considerado un peso pesado en la historia del rock. Trascendió las limitaciones del membrete "grunge" - un movimiento del que fueron parte fundacional - y actualmente, con un recorrido extenso de álbumes, giras y controversias, estos muchachones de Seattle, Washington (todos ya frisan los 50 años) pueden ufanarse de ser los únicos sobrevivientes de la ola noventera de bandas angustiadas, de sonidos estridentes y camisas a cuadros.

Mientras que los otros actos que se repartían la escena grunge desaparecieron y/o mutaron: Nirvana se desintegró tras el suicidio de Kurt Cobain y Dave Grohl se reinventó a través Foo Fighters; Alice in Chains no superó la muerte trágica de Layne Staley y Jerry Cantrell jamás logró superar a su ex banda con sus esfuerzos como solista; Soundgarden voló en pedazos luego de su cadena de exitosos álbumes y posteriormente Chris Cornell se recicló como solista y luego como líder de ese híbrido llamado Audioslave; los dirigidos por el carismático Eddie Vedder han llegado al 2011 lanzando un nuevo álbum, una nueva gira mundial y un enorme culto de seguidores.

El sonido de Pearl Jam podría calificarse como rock and roll de carretera, sin más ni más. Poco afecto a las concesiones a pesar del éxito del que disfrutaron desde sus inicios, el quinteto logró superar las profundas dudas que generó el grunge desde su aparición y sus producciones discográficas, cargadas de nihilismo, crítica social y buenas dosis de distorsión, les han ganado un lugar de privilegio en el panteón de dioses del rock de las últimas dos décadas.

A pesar de que puedan ubicarse puntuales diferencias entre sus discos - inmediatez entre 1991 y 1994 (álbumes Ten, Versus y Vitalogy, transición entre 1996 y 1998 (álbumes No code y Yield), reinvención entre 2000 y 2002 (álbumes Binaural y Riot act) y el definitivo afianzamiento luego de una maratónica edición en formato digital de (casi) todos sus conciertos expresado en sus últimas placas - en realidad se trata de un cuerpo de trabajo bastante estable, tan estable como su formación que además de Vedder como cantante y vocero oficial, incluye a los guitarristas Mike McCready y Stone Gossard, al bajista Jeff Ament y al baterista Matt Cameron, que se subió al carro en 1998 luego de bajarse de Soundgarden.

La evolución de Pearl Jam es, en este sentido, horizontal y de pocos matices. Lo cual no los convierte en prescindibles, eso es definitivo. Y saludable en la medida de que mantienen su personalidad y eso les permite una vigencia a prueba de balas. Sus letras, siempre cargadas de poesía urbana, protestas que van de lo individualista a lo político y social y un evidente inconformismo, no encvajan con el tipo de banda calentona y divertida que venden los farsantes publicistas de Brahma Music. Lo de Pearl Jam es para poguear y reventarle los cimientos al sistema. Un sistema que ahora se sirve de ellos...



Even flow, tema con el que promocionan el concierto en Lima de Pearl Jam, de su primer álbum, elmítico Ten de 1991


Better man, delVitalogy (1994), aquí en vivo en el Madison Square Garden


Uno de sus mejores videos, Do the evolution, de 1998 - álbum Yield - en el que expresan a través de la animación su abierto desprecio a la cultura de consumo


Esto es lo último de Pearl Jam ¿como para "hacerla linda" dirían los genios de Brahma Music?

sábado, 29 de octubre de 2011

EL SONIDO DE LA ETERNA JUVENTUD


Hablar de Sonic Youth en este país es hablar de lo desconocido, de lo más freak que uno se pueda imaginar en esta época de megaéxito material, estrellas pop luminosas y pre-púberes, combos "tablet-camioneta-fiesta pirata de Halloween en Real Felipe" combinado con "Magaly-Gran Show-Al fondo hay sitio".

Por otro lado, hablar de Sonic Youth es referirse a las arenas más movedizas y desconocidas del rock moderno, casi desaparecido de las radios y de los rankings. A pesar de que existen hace treinta años, recién les reconocí valía hace cinco o quizás menos. El rótulo "indie" me genera rechazo por las implicancias que supuestamente tiene: grupos desprolijos musicalmente, bizarros en extremo, eternos rebeldes que hacen poesía urbana de la desolación y los lugares (no) comunes más lúgubres y sórdidos de la experiencia humana.

Me costó trabajo entender que no todo lo "indie" es desechable y que esa propuesta tiene excelentes representantes que llevan ya varios años en la brega, al margen de los gigantescos sellos fabricantes de bodrios anti-música y de las modas digitadas desde el Canal Disney.

Un escalón por debajo del rock alternativo, a mediados de los 80s se inició en los EE.UU. una interesante, intensa y muy ecléctica movida dispuesta a decirle al mundo que no todo era Madonna, New Kids on the Block o Bon Jovi. De allí surgieron bandas como Pixies, Teenage Fanclub, R.E.M., entre otras.

Y por supuesto, de allí surgió Sonic Youth, grupo neoyorquino que pronto se estableció como la punta de lanza de esta vanguardia sonora que no hace esfuerzos por caerles bien a nadie. Su música, heredera directa de íconos del rock norteamericano como The Velvet Underground, Iggy Pop, Ramones, Patti Smith, Neil Young, entre otros, es simple y a la vez desafiante. Sin llegar a ser angustiante como el primer grunge (Pearl Jam, Nirvana, Alice in Chains, Soundgarden) ni volátil u homogénea como el alt-folk o el shoegazing (Mojave 3, Silver Jews, Slowdive, My Bloody Valentine), el rock sumamente distorsionado y eléctrico de Sonic Youth es escapismo puro, un homenaje al ruido y a los clásicos cultores de la música experimental. Y cuando quieren pueden ponerse contemplativos y etéreos, gracias al buen manejo de los efectos guitarreros que tanto prestigio le han dado en su larga trayectoria.

Thurston Moore (voz, guitarra), Kim Gordon (voz, bajo, guitarra), Lee Ranaldo (voz, guitarra), Mark Ibold (guitarra, bajo) y Steve Shelley (batería) llegan a Lima convertidos en leyendas del rock independiente. Con 16 álbumes oficiales, 9 discos instrumentales editados por ellos mismos bajo el rótulo genérico SYR (Sonic Youth Recordings) e incontables lanzamientos recopilatorios, remixes, bootlegs, etc., esta banda es una de las pocas que puede vanagloriarse de mantener su personalidad y sonido a lo largo de los años, sin que conceptos como la moda o la fama alteren sus decisiones artísticas. La verdadera adolescencia, rebelde y contracultural, tiene en el sonido (hoy) maduro de Sonic Youth una de sus expresiones más genuinas. Y tocarán en Lima el 10 de noviembre.



Teenage riot, tema de su quinto álbum Daydream nation de 1988


Cantada por Kim Gordon, Bull in the heather recuerda a Hole por momentos... del disco Experimental jet set, trash and no star (1994), uno de los más recordados...


The empty page pertenece a su álbum Murray street (2002), con un sonido más etéreo pero siempre desde la óptica del grupo no convencional que es Sonic Youth


Antenna - aquí en el programa de Jools Holland - pertenece a su última producción discográfica hasta hoy, The eternal (2009)


El tema Anagrama abre el SYR1 de 1997. Esta serie de discos instrumentales y experimentales se extiende hasta el volúmen SYR9 (lanzado este año) con música compuesta para la banda sonora de la película francesa Simon Werner a disparu del director Fabrice Gobert. En el SYR4 de 1999, Sonic Youth interpreta a compositores de la llamada música vanguardista del siglo 20 como John Cage, Steve Reich, Nicolas Slonimsky, entre otros...

miércoles, 26 de octubre de 2011

IN BETWEEN DAYS


Las empresas de publicidad actualmente hacen uso indiscriminado de melodías ya existentes para musicalizar las campañas de sus enormes clientes. Esa historia que cuentan en Two and a half men, según la cual un compositor de jingles se hace millonario por su capacidad para satisfacer las necesidades publicitarias con canciones originales no existe más. Lo hicieron con Mr. Blue Sky de Electric Light Orchestra hace meses - modificándola ligeramente y fingiendo que cantaban en inglés - y ahora lo hacen para la campaña de relanzamiento de Nextel con el uso probablemente no autorizado de casi toda la introducción de In between days, tema clásico de la banda británica The Cure.

Este tema fue uno de mis favoritos en los años en que veía Disco Club y exploraba las oscuras mareas del hard rock. Una parte de mí ya me decía que la música no debía aceptar sectarismos y que si una melodía me atrapaba, era porque estaba lo suficientemente bien compuesta como para sorprender mi sensibilidad musical, y en ese sentido no importaba que los cantantes fueran andróginos, carecieran de la agresividad que me llamaba la atención en otros grupos y se delinearan los ojos. A cualquier colegial comprometido con el heavy metal escuchar a The Cure le hubiera parecido algo cercano a la blasfemia. Para mí era un placer.

La discografía de la banda liderada por Robert Smith es amplia y muy difícil de resumir pero el álbum The head on the door de 1985 es probablemente uno de sus picos creativos. Aunque hay quienes prefieren sus aspectos más oscuros, el prístino sonido de las guitarras acústicas de Porl Thompson y el mismo Smith generan una sensación de optimismo poco asociada a estos íconos de la escena dark británica. Completan la formación el bajista Simon Gallup, el tecladista Lawrence Tolhurst (lugarteniente de Robert en aquella era de clásicos) y el baterista Boris Williams. Aunque la letra es bastante melancólica, la canción me retrotrae a épocas de pocos problemas, en la que escuchar música era la principal ocupación de cada día.

Por eso siento que Nextel y su agencia de publicidad deberían pagar, si no lo han hecho (y estoy casi seguro de que no lo han hecho) a una banda que definitivamente no pensaba en redes de telefonía comercial como las principales protagonistas de uno de sus momentos artísticos más memorables. Escuchémosla completa:


martes, 4 de octubre de 2011

EL CORAZÓN DEL AMANECER


Vaya nombrecito para una canción ¿no? Por alguna razón que aun no logro comprender del todo bien, varias veces al día me encuentro a mí mismo tarareando, silbando (tratando de...) o escuchando en mi mente el poderoso riff inicial de bajo de esta pieza de casi doce minutos de duración que cierra el cuarto álbum de Yes, titulado Fragile, de 1972. Es una situación extraña porque a pesar del vértigo que Chris Squire le imprime a esa línea sincopada y veloz, la uso mentalmente para tranquilizarme cuando estoy ansioso, para distraerme cuando estoy esperando a alguien y así.

Heart of the sunrise es uno de los temas inevitables del período clásico del quinteto inglés. El rock progresivo tiene una gran cantidad de momentos de lujo pero esta canción tiene algo especial. Al vértigo de esa sección inicial (que es tocada al unísono por la guitarra, los teclados y la batería, es decir por la banda en pleno) le sigue un remanso que es tan inesperado como complementario. Porque el sol naciente debe ser así, pienso. Vertiginoso y a un tiempo, tranquilizante.

Escuchemos Heart of the sunrise una vez más. A pesar de ser una canción difícil para el oído poco entrenado, creo que vale la pena darle una oportunidad. Esta es la versión que Yes tocó durante su gira Union de 1991, en la que confluyeron ocho de sus músicos: Jon Anderson (voz), Steve Howe, Trevor Rabin (guitarras), Rick Wakeman, Tony Kaye (teclados) y al centro, como columna vertebral, el bajista Chris Squire.


miércoles, 28 de septiembre de 2011

LA ZARZUELA - LUISA FERNANDA - FEDERICO MORENO TORROBA


La zarzuela es la versión española de la opereta, considerada como "género menor" en el universo de la música clásica debido a su estructura más breve y sus temas siempre trivializados con algo de humor pícaro y diálogos ligeros, no tan pomposos como los de la gran ópera italiana o alemana. Sin embargo, esta definición correspondería únicamente a las primeras zarzuelas, aquellas nacidas de la pluma de Lope de Vega o Calderón de la Barca, obras cómicas que se representaban en el teatro del Palacio de la Zarzuela, actual residencia de los Reyes de España (de ahí su nombre) durante la segunda mitad del siglo 17. Sin embargo, a partir del siglo 19 en adelante, el formato de la zarzuela se asemeja más al de las grandes shistorias operísticas del período clásico y romántico, combinando elementos picarescos con comentarios sociales, costumbristas y un fuerte sabor español en la música y textos. En las zarzuelas son elementos fundamentales el uso castizo del idioma castellano así como la intercalación permanente de motivos musicales como el cuplé, la jota, el cantejondo y la música flamenca.

En el Perú la zarzuela tuvo siempre un lugar preponderante en la escena de espectáculos teatrales. Durante décadas Lima ha recibido a las principales compañías zarzueleras y la cantidad de cultores, conocedores y fanáticos de este género musical lírico es impresionante. A pesar de la relativización de los gustos musicales y la innegable reducción de las capacidades apreciativas del gran público, aun existe una comunidad de élite (en el buen sentido de la palabra), que sigue con atención las temporadas de zarzuela que anualmente se programan en los principales teatros de nuestra capital. De hecho, obras como Los Gavilanes de Jacinto Guerrero o La Corte del Faraón de Vicente Lleó aun se encuentran entre las preferidas de este pequeño pero nutrido sector del público melómano, amante de esta combinación de música, teatro y humor.

De todas las zarzuelas del período clásico, Luisa Fernanda es quizás la más popular y querida, pues condensa en sus tres actos todas las características clásicas del género, también conocido como "ópera bufa". El 2012 se cumplen ochenta años de su estreno en Madrid y hasta hoy su frescura, riqueza musical y sus principales temas (la guerra, el romance, la lucha de clases, etc.) aun cautivan a familias enteras. La historia de Luisa Fernanda es la de una bella moza de familia que se encuentra ante un dilema no solo amoroso sino también de conciencia social: se debate entre defender a un soldado realista joven y exitoso, Javier Moreno, de quien está enamorada a pesar de que la engaña con la potentada Duquesa Carolina o aceptar los galanteos de Vidal Hernando, un hacendado pacifista que abraza ideales libertarios para ganarse su aceptación, no por consignas políticas. En medio de ese triángulo novelesco se desarrollan situaciones jocosas a la española, con un marco musical excelente.

Federico Moreno Torroba (1891-1982) es el autor de la música de Luisa Fernanda (los textos pertenecen a la dupla de escritores conformada por Federico Romero Sarachaga y Guillermo Fernández Shaw-Iturralde). Moreno Torroba quien además es conocido por sus obras para guitarra española como la Sonatina o la Fantasía flamenca se constituyó en el compositor de zarzuelas más famoso - ha escrito más de veinte - y en un prestigioso director de orquesta hasta su muerte a comienzos de los 80s. Entre las principales romanzas (equivalentes a las arias en la ópera) de Luisa Fernanda podemos mencionar la introducción instrumental que da paso a la primera escena, De este apacible rincón de Madrid que pertenece al personaje Javier o la conocida Mazurca de las sombrillas, quizás la melodía más reconocible, un gracioso vals que gira en torno a dos bandos de coristas (hombres y mujeres) que generalmente es repetida en cada función para que sea cantada por el público espectador.

Grandes tenores como Alfredo Kraus, Luis Sagi Vela o Plácido Domingo (cuyos padres pertenecieron durante años a una conocida compañía española de zarzuela) han interpretado esta obra que sigue vigente tanto por su calidad musical como por la manera en que trata temas universales. Inclusive personajes entrañables como Doña Florinda y El Profesor Jirafales han interpretado el dúo entre La Duquesa Carolina y Javier en uno de los capítulos de la popular serie cómica El Chavo del 8. Démosle un vistazo...









jueves, 15 de septiembre de 2011

MICHEL CAMILO EN LIMA


Hablar de Michel Camilo es hablar de uno de los músicos más importantes de latin jazz de la actualidad. Activo desde finales de la década de los 80s, este pianista dominicano inició su carrera profesional gracias al saxofonista cubano Paquito D'Rivera quien lo invitó a integrar su banda luego de escucharlo durante una de sus visitas a República Dominicana.

Desde sus inicios, el piano de Michel Camilo atrajo la atención de los conocedores debido a su fuerte influencia clásica, formación que se ha reflejado posteriormente en algunos de los momentos más notables de su extensa discografía como por ejemplo su composición Concerto foe Piano and Orchestra grabada junto a la Orquesta Sinfónica de la BBC en el 2002 o su versión del clásico norteamericano Rhapsody in blue de George Gershwin, lanzada en el 2006 acompañado por 95 músicos españoles.

Su estilo es muy sofisticado y enérgico como puede apreciarse en sus apariciones en la pantalla grande, colaborando con el director español Fernando Trueba en películas como Two much (1996) y Calle 54 (2001), uno de los mejores documentales musicales de los últimos treinta años. Allí, Michel Camilo deja constancia de su pertenencia al paraíso de los grandes del jazz latino. Además de su largo recorrido por el fascinante mundo del jazz, Camilo ha trabajado extensamente en proyectos y colaboraciones con otros músicos, entre las cuales destacan los dos álbumes que grabó junto al guitarrista flamenco Tomatito, titulados Spain (2000) y Spain again (2006) en los que ambos músicos rinden homenaje a géneros musicales españoles y latinoamericanos como rumba flamenca, bolero, tango y la bachata (en el segundo de los mencionados se incluye una versión del tema Amor de conuco de Juan Luis Guerra quien también participa en la voz).

Ampliamente conocido por su trabajo como compositor e intérprete solista o como líder de su propio trío (habitualmente completado con el bajista Anthony Jackson y el experimentado baterista Horacio "El Negro" Fernández), Camilo nos visita por primera vez como parte de un extraordinario proyecto musical, una especie de "dream team" del jazz latino: junto al cubano Arturo Sandoval (trompetista fundador de Irakere y reconocido mundialmente), el mexicano Abraham Laboriel (bajista de amplia trayectoria, padre del actual baterista de Paul McCartney, Abe Laboriel Jr.) y nuestro compatriota Alex Acuña (baterista que integró la fabulosa banda de jazz rock Weather Report en los 70s y que es considerado actualmente uno de los músicos de estudio más respetados y requeridos del mundo) se presentarán este sábado 17 de septiembre en el Pentagonito. No hace falta decir que es un evento musical de lujo en el que por vez exclusiva se unirán sobre un escenario estos cuatro monstruos del jazz mundial.



Extractos de la película Too much en la que aparecen también Paquito D'Rivera, Israel López "Cachao", entre otros.


From within tal y como aparece en el documental Calle 54.


Con Tomatito interpretando el cláico de Chick Corea, Spain.


Michel Camilo interpreta Alfonsina y el mar en su última producción discográfica titulada Mano a mano (2011). Lo acompañan el bajista Charlie Flores y el percusionista Giovanni Hidalgo.

jueves, 8 de septiembre de 2011

STEELY DAN


Hablar de Steely Dan es hablar de una banda que estaba más allá de lo convencional, aun cuando su sonido podía ser apreciado prácticamente por todo el mundo. No eran fundamentalistas de la complejidad pero a un tiempo, su nivel de virtuosismo rozaba las alturas de lo considerado progresivo. Fácilmente encajan en el rótulo "smooth jazz" tan de moda actualmente pero sus canciones sonaban en las radios pop rock sin desentonar. El sonido neoyorquino de Steely Dan es mucho más arriesgado y local que el de Billy Joel, menos ligero (sin desmerecer la enorme obra del pianista y compositor de clásicos como Piano man o Scenes from an italian restaurant. Hay algo oscuro en la discografía de Steely Dan, sus historias siempre giran en torno a personajes icónicos de la ciudad que nunca duerme y su sonido podría ambientar cualquier película de Woody Allen. De hecho, sus fundadores se han ganado a pulso una reputación de huraños y malgeniados en la escena del pop-rock mundial, lo cual contribuye a su encanto. Es, sin lugar a dudas, una banda de culto.

Aunque a decir verdad, Steely Dan no era estrictamente una banda. Nació como una, eso sí, y mantuvo ese formato de "banda" durante sus primeros años pero en básico siempre fue un dúo: Donald Fagen (piano, teclados, saxo, voz) y Walter Becker (guitarras, bajos) son las cabezas pensantes detrás de las cínicas letras y los cosmopolitas sonidos de este grupo formado en New York, oficialmente en 1968, año en el que ambos músicos se conocieron en el Bard College, una escuela de arte en la que descubrieron sus mutuos intereses por el jazz, el blues, la música popular y la literatura contemporánea.

El nombre de su grupo proviene de un bizarro juguete sexual mencionado en The naked lunch (1959), novela de William S. Borroughs, figura central del movimiento beatnik, el cual admiraban. Fagen y Becker, perfeccioonistas y maniáticos del trabajo en estudio, nunca quisieron ingresar a la dinámica de las giras ni convertirse en "rock stars", aunque tuvieron que ceder a las presiones económicas y finalmente lo hicieron, para lo cual completaron su formación con los guitarristas Jeff "Skunk" Baxter y Denny Dias, el baterista Jim Hodder y el vocalista David Palmer, contratado específicamente para cantar en vivo ya que Fagen consideraba que su voz no era "suficientemente comercial".

Un dato curioso y poco difundido: siempre se dijo que la letra de la canción Hotel California de The Eagles contenía mensajes satánicos y para "demostrarlo" ponían de ejemplo la línea "they stab it with their steely knives / but they just can’t kill the beast" ("ellos la apuñalaron con sus cuchillos de acero / pero no pudieron matar a la bestia"). Bueno pues, les cuento que la frase "steely knives" ("cuchillos de acero") fue usada como una broma para referirse a Steely Dan en respuesta a algo similar que el binomio Fagen/Becker habían hecho en su canción Everything you did del álbum The royal scam de 1976 (una línea de este tema dice "Turn up the Eagles, the neighbors are listening" - "Pon The Eagles que los vecinos están escuchando".

La historia de Steely Dan es larga y muy interesante, pero en este pequeño post nos limitaremos a decir que, luego de esta primera etapa como grupo, el dúo decidió seguir sus instintos y concentrarse en el trabajo de estudio, lo cual resultó en una serie de álbumes altamente sofisticados y poderosos, que han resistido el paso del tiempo y de las tendencias. La música de Steely Dan trasciende cualquier membrete y se inscribe en las alturas de la música por excelencia: composiciones inteligentes, cuidadosamente producidas y magistralmente interpretadas por algunos de los músicos de sesión más importantes de todos los tiempos de pop, rock y jazz.

Aquí menciono solo algunos de ellos: Larry Carlton, Lee Ritenour, Steve Lukather, Steve Khan, Hugh McCracken, Rick Derringer, Elliot Randall (guitarristas); Chuck Rainey, Mike Porcaro (bajistas); Jeff Porcaro, Steve Gadd, Bernard Purdie (bateristas); Michael McDonald, Michael Omartian, Joe Sample, Victor Feldman (tecladistas); Randy Brecker, Michael Brecker, Wayne Shorter, Cornelius Bumpus (saxofonistas) y un larguísimo etcétera. Es hora de escuchar algunos temas clásicos del ciudadano Steely Dan.



Reelin' in the years de su primer álbum titulado Can't buy a thrill (1972).


Una de las últimas formaciones de Steely Dan en vivo, tocando My old school de 1973).


Deacon blues, tema del álbum Aja de 1978, una de sus canciones más alucinantes.


Otro de sus clásicos inmortales, Hey nineteen, del disco Gaucho de 1980. Este álbum marcaría su despedida de las grabaciones hasta la publicación de Two against nature, veinte años después.


Introducción de Steely Dan al Salón de la Fama del Rock and Roll en 2001. La presentación es hecha por Moby.

martes, 6 de septiembre de 2011

LA MÚSICA DE FREDDIE MERCURY


Freddie Mercury habría cumplido 65 años esta semana y en diversos medios de comunicación se habla de su vida y de su muerte, de su personalidad extrovertida en el escenario y de su homosexualidad exagerada. Pero de su música poco se dice y mucho menos se difunde a gran escala. Fueron 15 álbumes con Queen y 2 como solista, además de muchas grabaciones que fueron recogidas en un box set de 12 discos compactos titulado The solo collection en el año 2000. Freddie Mercury fue mucho más que Bohemian rhapsody (sin dudas su obra maestra), el video de I want to break free en el que aparece vestido de mujer o el We are the champions que hora ponen hasta en los reportajes del campeonato de fulbito de El Porvenir. Estos videos son solo una muestra de eso...



Este tema se llama Nevermore y es parte del álbum Queen II de 1973


Flick of the wrist es una especie de metal psicodélico del tercer álbum Sheer heart attack de 1974


Esta balada se llama You take my breath away del disco A day at the races (1976)


Let me entertain you, uno de sus más electrizantes composiciones rockeras, de 1977.


In the lap of the gods del Sheer heart attack, en vivo...

miércoles, 31 de agosto de 2011

TEARS FOR FEARS


Durante los 80s el panorama musical se amplió de manera exponencial. Géneros y artistas nuevos comenzaron a surgir en EE.UU. y Europa como respuestas al declive de las puntas de lanza del movimiento rockero: los dioses del rock clásico, las bandas progresivas y la agresividad punk habían entrado al final de sus días de gloria y solo los más grandes permanecieron vigentes, mientras la mayoría se perdía en el olvido o en vanos intentos de actualizarse, poniendo en riesgo sus prestigios y credibilidades.

En ese contexto, mientras el lado alternativo de la escena se sobrepoblaba de bandas metaleras de todo tipo y de oscuros representantes del post-punk europeo, el lado comercial fue también invadido por una nueva ola de artistas que, desde diversas propuestas sonoras, dieron forma a la programación de MTV, el revolucionario canal de televisión que se convirtió en la plataforma de despegue para todos aquellos músicos que soñaban con la fama y la inmortalidad.

Una de las bandas más interesantes de esa década es el dúo Tears For Fears formado en 1981 por Roland Orzabal (guitarra, teclados, voz) y Curt Smith (bajo, voz), que combinó de manera muy inteligente y efectiva la estética y las texturas de la new wave británica con un filo rockero poco común en otras bandas del mismo movimiento. Orzabal y Smith siempre fueron el núcleo de este grupo aunque se presentaron como cuarteto en su etapa más exitosa (1983-1986) junto a los músicos Ian Stanley (teclados) y Manny Elias (batería).

Luego del extraordinario éxito que tuvieron con sus dos primeros álbumes The hurting (1983) y Songs from the big chair (1986), el dúo decidió expandir su sonido y produjo un ambicioso disco titulado The seeds of love (1989) en el que buscan un sonido0 más psicodélico y variado, con reminiscencias beatlescas e influencias del soul. Los temas de sus canciones siempre mostraron una preocupación de orden social como puede apreciarse en clásicos de los ochentas como Everybody wants to rule the world o Change. Paradójicamente, The seeds of love que era a todas luces su disco más elaborado no tuvo la repercusión de las producciones anteriores, lo cual ocasionó la separación del dúo. Luego de un par de álbumes publicados bajo el nombre de Tears For Fears - pero que en realidad podrían considerarse como esfuerzos de Orzabal en solitario - Roland y Curt se reunieron en 2004 para lanzar Everybody loves a happy ending y desde entonces se han mantenido en actividad como parte del renacido interés por las bandas de tiempos pasados.

El próximo 28 de septiembre este grupo tocará en Lima en la explanada del Estadio Monumental. Será una excelente oportunidad para ver en vivo a una de las bandas que de alguna manera definió el sonido del pop inglés de los 80s y cuyas canciones mantienen una frescura y calidad que les permite mantenerse vigentes en pleno siglo 21.



Mad world, uno de sus primeros singles de 1983.


Mother's talk, con un sonido fuertemente influenciado por Depeche Mode en su primera época.


Su canción más emblemática, uno de los mejores solos de guitarra de los 80's, aquí en vivo en el Festival Knebworth de 1990.


Sowing the seeds of love en vivo y con orquesta.


Esta es la actual formación de Tears For Fears, la que nos visitará a fines de septiembre, tocando uno de sus mejores temas, Head over heels.

lunes, 29 de agosto de 2011

THE SAGE


Uno de los álbumes que mejor representan el espíritu del rock progresivo es, sin duda, Pictures at an exhibition, lanzado en 1971 por el trío británico Emerson Lake & Palmer. A pesar de haberse grabado en vivo desde el Newcastle City Hall de Inglaterra, es considerado como un título totalmente independiente dentro de su discografía oficial. Esto se debe a que no se trata de una presentación en la cual el grupo toca temas antiguos, grabados previamente, y presenta nuevos, sino que sorprende a su audiencia con una adaptación al rock de una obra musical del siglo 19, compuesta por el ruso Modest Mussorgsky (1839-1881).

Originalmente escrita para el piano, Pictures at an exhibition fue completamente reconstruida por Keith Emerson (teclados), Carl Palmer (batería) y Greg Lake (bajo, guitarra y voz), con algunos agregados que cada uno de los miembros de este trío - que ya habían experimentado estos cruces marcianos entre música clásica y rock modificando piezas de Johann Sebastian Bach, Leos Janacek y Bela Bartok en sus dos primeras producciones - y la convirtieron en un producto totalmente sin precedentes en la historia del progresivo como género y del rock en general.

Las contribuciones de Emerson, Lake y Palmer se limitan a arreglos en clave rockera a las diferentes partes de lo compuesto por Mussorsgky salvo un par de temas firmados por el trío y The sage, un subyugante tema acústico que muestra a Greg Lake en su mejor momento como compositor y ejecutante, una brillantez que le costó mucho recuperar. La intermitencia de estos chispazos de talento hicieron que la figura de Lake se opacara con los años, pero cada vez que uno escucha los cuatro minutos y medio de The sage - cuya letra parece influenciada por la imaginería onírica de Peter Sinfield con quien Lake había trabajado en King Crimson, queda hipnotizado por los acordes y arpegios misteriosos de esta mágica viñeta progre. Fue una de las primeras canciones que escuché de ELP y no deja de sorprenderme a pesar del tiempo. El video corresponde a una de las primeras presentaciones de la suite pero la versión del LP es mucho mejor. Búsquenla.


jueves, 25 de agosto de 2011

LA ESCENA DE CANTERBURY (THE CANTERBURY SCENE)


A finales de los años 60s, la creatividad de los músicos de rock tuvo un florecimiento de dimensiones enormes que generó la aparición de diversas ramas en lo que hasta ese momento solo era un derivado del blues y el country. La psicodelia, el hard rock, el blues rock y el art rock (entre otros sub-géneros) se despuntaron, cada uno por su lado, hacia direcciones tan interesantes como distintas. Al "art rock" también se le conoció como rock progresivo, rótulo que remitía a una suerte de avanzada, de vanguardia dentro de los cánones comunes y corrientes de la música popular. Se trataba de una actitud no solo diferente sino opuesta a la del rock-and-rollero original.

Dentro del rock progresivo también hubo vertientes, una de las más notables fue la llamada Escena de Canterbury que se desarrolló, como su nombre indica, en la ciudad de Canterbury, ubicada en la parte suroeste de Inglaterra, en el centro de Kent. La particularidad del rock progresivo fue, desde sus inicios, el alto nivel de destreza instrumental de sus intérpretes, que añadieron elementos de música clásica y de jazz a sus composiciones inscritas en el genérico rock. Las estructuras complejas, a manera de suites, y los temas de sus letras también se distanciaban de la inmediatez planteada por el rock en sus inicios. Lo que pasó en Canterbury fue de vital importancia para el prestigio que posteriormente ganó este género musical y aunque las bandas que surgieron de esta ciudad (o que se relacionaron al movimiento de manera indirecta) no consiguieron la fama mediática de otros actos británicos como Pink Floyd, Yes, Genesis, King Crimson, entre otros, sus nombres son hoy considerados como clásicos exponentes de uno de los espectros más exigentes y hasta cierto punto elitistas, del rock.

Aunque muchos de los grupos de la escena de Canterbury tuvieron largas carreras y profusas discografías (algunos producen hasta la actualidad con excelentes resultados por cierto), su apogeo puede trazarse básicamente entre 1968 y 1978, años en los que brillaron en el ambiente musical por sus elaboradas armonías, inesperados cambios de ritmo e instrumentaciones que iban más allá del formato guitarra-bajo-batería para incluir violines, flautas, mellotrones, entre otras novedades para aquel entonces.

Como pasa en la actualidad con la compulsividad de la prensa en crear nombres para identificar ciertas tendencias musicales (neo-rock, merengue hip-hop, etc.) en su momento muchos músicos como los bajistas Richard Sinclair o Hugh Hopper rechazaron la denominación Canterbury Scene pues la consideraban una creación de la prensa musical que buscaba apartarlos, sin motivos para ello, de las demás bandas progresivas de la época. Sin embargo, hoy hablar de la escena de Canterbury es hablar de un tipo determinado de sonido, sin duda emparentado con el rock progresivo en general pero que a la vez muestra una personalidad propia. Esto se debió, entre otras cosas, a una de las principales características de este movimiento: los músicos pasaban de un grupo a otro con regularidad. Casi sin proponérselo, bandas como The Wilde Flowers, The Soft Machine, Hatfield and The North, Gong, Caravan, Camel conformaron una comunidad cerrada de músicos, por lo cual creció la percepción de esta escena como un producto local de esta ciudad británica, famosa por sus catedrales.

Vamos a escuchar a tres de las bandas más importantes de esta interesante propuesta musical que, 40 años después de su aparición, suena más fresca e interesante que muchas bandas modernas, caracterizadas por su homogeneidad y su poca sorpresa.







viernes, 19 de agosto de 2011

LENNY KRAVITZ


Uno de los artistas más respetados del universo rockero de las últimas dos décadas, Leonard Albert Kravitz (Lenny para sus amigos y fans en todo el mundo) tiene su nombre nuevamente en las noticias por dos hechos aparentemente equidistantes: a) su aparición como imagen ultra fashion de una conocida marca de ropa y b) el inminente lanzamiento al mercado de su noveno álbum titulado Black and white America, grabado entre Los Angeles y las Bahamas bajo el sello Roadrunner Records, subsidiaria de Atlantic Records, empresa discográfica con la cual publica por primera vez luego de un largo contrato con Virgin.

Mientras que lo primero es casi una sorpresa para los seguidores de este talentoso músico neoyorquino, debido a sus implicancias alejadas de los aspectos más rebeldes y poco cosméticos del rock como expresión artística alternativa, lo segundo es una gran noticia pues refuerza la coherencia que Kravitz siempre ha mostrado con cada una de sus producciones.

Cronológicamente hablando, este álbum - que inicialmente se iba a titular The funk album - debió lanzarse en el 2004 pero algunas canciones que compuso en esa época y que no calzaban con la intención del proyecto original dieron forma a Baptism, un disco más rockero que finalmente no tuvo tanta resonancia. En esa época se barajó un segundo título tentativo, más confrontacional que el primero, Negrophiliac, aunque finalmente se optó por una frase menos agresiva pero igual de sugerente. Además, la carátula con la foto de Kravitz de niño, insinúa el tono personal y reivindicador que muestra Black and white America

Por lo que puede escucharse en los avances de Black and white America es, efectivamente, una suerte de homenaje a todos aquellos géneros musicales que siempre han estado presentes en la discografía de Kravitz: soul, funk, R&B y reggae, rock psicodélico y blues. Kravitz no abandona el filo rockero que lo posicionó en los noventas como una de las expresiones más rescatables del alicaído pop-rock norteamericano y con esta producción regresa dispuesto a recuperar el espacio perdido entre su último disco It is time for a love revolution (2008) y su nueva faceta de modelo rodeado de flashes, comerciales sofisticados y comentaristas que se fijaban más en su ropa que en su sonido.

La discografía de Lenny Kravitz puede considerarse, a estas alturas, un sólido cuerpo de trabajo a nivel de propuesta musical. Desde el primer disco Let love rule (1989) dejó en claro cuáles eran sus prioridades e influencias: una revalorización del rock negro norteamericano y una combinación efectiva entre la psicodelia setentera de Sly & The Family Stone con el funk más moderno de Prince. Aunque normalmente Kravitz toca todos los instrumentos en sus grabaciones, cuenta también con la colaboración del guitarrista Craig Ross y la baterista de jazz (y esposa de Carlos Santana) Cindy Blackman, quienes son la base de su banda de apoyo cuando sale de gira.

Escuchemos algunas de las canciones más recordadas de la carrera de Lenny Kravitz, así como el tema adelanto de su último álbum, que oficialmente saldrá al mercado este fin de mes:



Su primer éxito, Let love rule, del álbum homónimo, 1989


Always on the run del álbum Mama said, con Slash - su compañero de clases en la escuela de música de Beverly Hills, 1991


Are you gonna go my way, tema título de su tercer disco, 1993


Again fue el único tema nuevo de su recopilación de éxitos lanzada en 2000


I'll be waiting, de su penúltimo álbum It is time for love revolution, 2008


Avances de Everything, lo nuevo de Lenny Kravitz...

lunes, 15 de agosto de 2011

ARPA: UN INSTRUMENTO ENIGMÁTICO


Dentro del universo de los instrumentos musicales, pocos han mantenido su naturaleza enigmática como el arpa. Aunque no es ajena a la modernidad ya que hoy se pueden encontrar todo tipo de variaciones (arpas dobles, múltiples, eléctricas, etc.), el concepto "arpa" sigue siendo asociado al de un objeto perteneciente a otra época, con acabados de extremada fineza. Estamos refiriéndonos por supuesto al arpa clásica, la que se utiliza en los ensambles sinfónicos ya sea como instrumento solista o como parte de la sección melódica, que aprovecha del sonido delicado que produce su sistema multicorde (47 cuerdas en total que cubre un rango de seis octavas y media) para crear atmósferas celestiales, capaces de transportar a sus oyentes a mundos mágicos o fantasiosos.

El origen del arpa clásica es esencialmente europeo y podemos ubicarlo en las eras medieval y renacentista, aunque ya se conocían ciertos rudimentos de arpas en sociedades ancestrales como Egipto o Persia, ciertamente sin las características que se hicieron conocidas posteriormente. El desarrollo histórico del arpa cubre extensos períodos de tiempo pero básicamente su estructura se ha mantenido a través de los siglos. Lo que escuchamos hoy en las orquestas de formato largo es una versión sumamente sofisticada del arpa clásica, con sistemas de pedales para la afinación cromática (las notas en sostenido y en bemol se consiguen pasando de un nivel a otro de la pedalería) y los materiales para las cuerdas siguen siendo los mismos aunque la tecnología de su fabricación naturalmente ha mejorado. Desde los primeros estadios de su fabricación, las cuerdas del arpa se han hecho de tres materiales diferentes: metal o seda para las de registro más bajo (estas son las más largas ubicadas en la parte más ancha del marco), tripa - generalmente de oveja o vaca - en la sección media y nylon para las de registro más alto (las más pequeñas).

Una de los aspectos más interesantes de este instrumento es que también logró transculturizarse y adquirir una nueva personalidad en la música folklórica de países conquistados por el Imperio Español durante el siglo 16. Quizás los casos más emblemáticos sean los de Paraguay y Perú, ambos países con una ya larga tradición de uso del arpa, en una versión más rústica aunque igualmente rica en sonidos. En el caso de la tierra guaraní, el arpa es considerada instrumento nacional y hoy en día melodías como Pájaro campana (nombre original en guaraní Guyra Pu) o Recuerdos de Ypacaraí son universalmente conocidas. En nuestro país hay una enorme diversidad de expresiones musicales que toman como instrumento base al arpa, con estilos y estructuras de interpretación diferentes egún la región, como lo explica el músico y profesor peruano Claude Ferrier en una interesante página web llamada www.musicaperuana.com/arpa en la que ofrece un estudio pormenorizado de las distintas formas de tocar el arpa que se han desarrollado en Chiclayo, Cuzco, Ayacucho y Huancayo.

A diferencia del arpa latinoamericana que es tocada indistintamente por hombres o mujeres, en el mundo de la música clásica es casi una regla que las ejecutantes pertenezcan al género femenino. Aunque no se ha establecido necesariamente como tal, parece haber un consenso mundial a este respecto debido a la aparente delicadeza relacionada a su interpretación y a la elegancia del instrumento en sí, aspectos que en la música folklórica de nuestros países no son tan determinantes en realidad. En ambas vertientes de la ejecución del arpa, el músico toca sentado (aunque en algunas regiones del Perú el arpista puede tocar de pie apoyando el instrumento en su cintura con un sistema de fajas), apoya la caja de resonancia sobre el piso y toca con los brazos extendidos hacia adelante usando las uñas de los dedos (o unas uñas de metal conocidas como pelcros) para facilitar la creación de arpegios y acompañamientos armónicos, en un estilo de interpretación conocido como "de araña", por la forma que adoptan las manos al tocar. La distancia entre cuerdas (aproximadamente 2.55 centímetro entre cuerda y cuerda) es importantísima para este efecto. Otra característica de ayuda para el instrumentista es la posibilidad de identificar las notas de las cuerdas a través de códigos de color. Por ejemplo, las cuerdas rojas corresponden a la nota Do y las negras a Fa. Normalmente la escala de Fa es la que se utiliza para afinar el instrumento

Las primeras referencias de música escrita para el arpa (como solista o como parte del acompañamiento orquestal) las encontramos en algunas obras de compositores barrocos y clásicos como Haendel, Bach y Mozart. A nivel sinfónico, compositores como Berlioz o Liszt también la utilizaron extensamente. Es muy común escuchar escuchar el delicado sonido de un arpa en las partituras de ballet escritas por Tchaikovsky por ejemplo así como en oratorios y otras variedades de música sacra, solo por mencionar algunas. En el mundo del jazz fue notable el trabajo de Alice McLeod (más conocida como Alice Coltrane tras su matrimonio en 1965 con el genial saxofonista John Coltrane) quien dejó sendas grabaciones de jazz vanguardista en las que plasmó un interesante y novedoso uso del arpa.

En cualquiera de sus formas, clásica o folklórica, el arpa produce un sonido totalmente diferente al de los demás instrumentos de cuerda y aunque no goza de gran popularidad, es inevitable distinguirla en el contexto de cualquier género musical que la utilice. Inclusive artistas de música moderna contemporánea como Sarah McLachlan, Enya, Björk o Loreena McKennitt han convertido al arpa en parte de su sonido etéreo y celestial. En el mundo del rock por ejemplo, The Beatles contrataron a la arpista Sheila Bromberg para su tema She's leaving home (del álbum Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band de 1967) mientras que Brian May, guitarrista de Queen la toca en la versión en estudio de Love of my life, canción lanzada en 1975 como parte de su clásico disco A night at the opera.



Sasha Boldachev, arpista ruso, interpreta Yesterday de Paul McCartney


Loreena McKennitt tocando una de sus canciones, Cymbaline, de su disco The visit de 1991


Ave Maria del compositor austriaco Franz Schubert, una de las melodías más conocidas universalmente, en una hermosa versión tocada con arpa. Schuber la compuso en 1825

miércoles, 10 de agosto de 2011

THE GRATEFUL DEAD


Cuando se piensa en las diferencias entre la industria musical actual y la que llamamos clásica, el común denominador se expresa en críticas a la falta de originalidad, la ausencia de propuestas artísticas que verdaderamente puedan respetarse y la desmedida importancia que se le da a los aspectos comerciales de los nuevos artistas. Se sacrifica la posibilidad de generar artefactos sonoros memorables, sensibles y capaces de conectar con las pulsiones emocionales más profundas del oyente para producir mega éxitos que vendan muchísimo en poco tiempo y que desaparezcan rápido para dar paso a la próxima fuente de millonarios ingresos. El ideal del músico que se debe a su público y que busca conmoverlo a través de sus canciones a un nivel más personal ha desaparecido bajo las toneladas de dólares, música de inmediato impacto pero nula calidad, fotos en revistas y romances de pacotilla entre jóvenes que apenas superan la adolescencia.

Ese ideal fue encarnado por The Grateful Dead, la banda norteamericana liderada por el gran compositor y guitarrista Jerry García quien falleció un día como ayer, 9 de agosto, hace 16 años. García fue el vocero de una generación de músicos y fans de la música, en los años 60s y 70s, que daba primordial importancia a la música como herramienta de integración social y sentido comunitario, resumiendo en su agitada vida el pensamiento hippie, aquel que preconizaba la paz, el amor y la música como insumos indispensables para una vida más placentera y libre.


The Grateful Dead se convirtió desde su aparición en un grupo de culto, y supo mantenerse, a un tiempo, por encima y al margen de las tendencias que el mercado musical imponía gracias a su genuina propuesta que combinaba los elementos más bucólicos del folk y el country con la actitud y el filo rockero de la época. Las composiciones de García van desde el bluegrass hasta la psicodelia, desde el country hasta el rock y a lo largo de su extensa discografía ha explorado todos los géneros del espectro rockero (desde el punto de vista norteamericano desde luego) consiguiendo un cuerpo de trabajo compacto y de difícil clasificación. The Grateful Dead son, aun por encima de Bob Dylan, una de las instituciones musicales más respetadas por la contracultura estadounidense y su impronta continua vigente gracias al sentido familiar que úne a sus seguidores en todo el mundo, conocidos como los Deadheads.

Recuerdo que en 1987 escuché una noticia que me sorprendió sobremanera: The Grateful Dead, un grupo que nunca había tenido un número uno en Billboard y que jamás aparecía en los rankings de MTV figuraba como la banda que más dinero había recaudado en conciertos, por encima de U2 - que en ese momento era la banda de rock más exitosa del mundo gracias a su álbum The Joshua Tree - y Michael Jackson, el indiscutible "Rey del Pop" en aquel entonces. Justo en ese año ellos lanzaron un disco titulado In the dark, con un sonido ligeramente orientado hacia el pop que produjo el tema Touch of grey, quizás la única canción de The Grateful Dead que haya sido masivamente conocida en su historia discográfica.

Protagonistas definitivos del llamado "verano del amor" de 1969, la banda fue uno de los actos más esperados en el Festival de Woodstock pero algunos problemas técnicos producidos por la intensa lluvia hicieron que su presentación fuera literalmente desastrosa. Años después saldrían a la luz imágenes de ese concierto, que no fueron incluidas en la conocida versión cinematográfica del mítico festival que dio fama a artistas como Santana, Jimi Hendrix, entre otros. Uno de sus mayores logros fue actuar frente a casi 700,000 personas en 1973, durante el Summer Jam Festival en New York junto a The Band y The Allman Brothers Band. Este concierto tuvo durante muchos años el Record Guinness como el más concurrido de todos los tiempos.

Jerry Garcia siempre fue el líder del grupo debido a su carisma, su elocuencia y su decisiva participación en las composiciones grupales de The Grateful Dead. Por otro lado, su fama como guitarrista se hizo mayor debido a que tocaba a pesar de haber sufrido la amputación de tres tercios del dedo medio de su mano derecha, tras un accidente ocurrido durante su niñez. Todo esto, además del discurso en pro del consumo de drogas y una personalidad amable y sencilla hacia sus dans, lo convirtieron en ícono contracultural de una época marcada por los anhelos de libertades tanto personales como sociales, políticas y artísticas.

El núcleo de la banda estaba conformado por Jerry García (voz, guitarra), Bob Weir (voz, guitarra), Phil Lesh (bajo), Bill Kreutzmann (batería) y Mickey Hart (batería), con la colaboración especial del compositor y guitarrista Robert Hunter. A través de los años la banda contó con diversos tecladistas/pianistas como Ron McKernan, Keith Godchaux, Brent Mydland y Bruce Hornsby, entre otros. Muchos de ellos aun mantienen vivo el legado de García y The Grateful Dead con intensas giras y lanzamientos de grabaciones de sus interminables conciertos en las tres décadas y media de su camino musical. Entre sus mejores álbumes podemos mencionar Aoxomoxoa (1969), American beauty (1970), Wake of the flood (1973), Shakedown street (1978) y Built to last (1989). Luego de la lamentable muerte de García se inició la publicación de infinidad de recopilatorios en estudio y en vivo, además de la colección Dick's Picks que hasta el día de hoy lleva lanzado 36 volúmenes conteniendo conciertos de todas las épocas con versiones alternas, jams y grabaciones inéditas del grupo.


The Grateful Dead es una banda legendaria que vale la pena redescubrir gracias a la magia de la Internet. Como dice una de sus clásicas y más famosas canciones, escucharlos es un extraño y largo viaje...








lunes, 1 de agosto de 2011

SHAZAM!


Quienes hemos visto dibujos animados en los 80s, recordaremos esta palabra mágica como uno de los misterios más alucinantes del universo DC Comics/Marvel. La invocación es en realidad un acrónimo de los nombres de seis dioses (Salomón, Hércules, Atlas, Zeus, Aquiles y Mercurio). Cuando Billy Batson, un debilucho jovencito, gritaba SHAZAM! se transformaba ipso facto en el Capitán Maravilla, un superhéroe parecido a Superman pero de traje rojo con un relámpgo amarllo en el pecho.

A estas alturas ya se estarán preguntado qué tiene que ver este personaje setentero de dibujos animados e historietas con el primer arte. Pues bien. En concreto, nada salvo que una compañía de software ha denominado así a un servicio de identificación musical que es realmente mágico (supongo que de ahí surge el nombre del programa).

La aplicación Shazam, disponible para cualquier dspositivo telefónico con Internet (es decir, Blackberry, iPhone, iPad y demás hierbas tecnológicas) y descargable a precios muy accesibles funciona como un buscador de sonidos, a través del cual uno puede ubicar toda la información acerca de una canción (artista, álbum, videos en youtube, próximos conciertos, etc.) con solo acercar la pantalla del teléfono en el que está instalada a un reproductor (puede ser un televisor, una radio u otra PC).

Si quieren saber más acerca de Shazam, hagan click aquí.

martes, 26 de julio de 2011

JOE ARROYO


La intención inicial de este blog no era reseñar las muertes de artistas importantes que han marcado a fuego nuestra experiencia musical, desde la orilla del oyente compulsivo y admirador de cuanto sonido agradable se hace en el mundo, pero las circunstancias actuales así lo disponen. Primero fue el gran trovador y filósofo argentino Facundo Cabral, asesinado cobardemente en Guatemala, luego fue la talentosa y conflictuada Amy Winehouse, encontrada muerta en su casa a la edad en la que se suelen ir las leyendas del rock, 27 años y ahora es el cantante y compositor colombiano Joe Arroyo, una de las voces imprescindibles cuando queremos hablar de buena salsa. Joe acaba de fallecer hoy por la mañana, a los 55 años, consumido por múltiples enfermedades que lo aquejaban desde hace unos años y que son resultado de una vida de excesos que alguna vez lo mantuvo alejado de los escenarios que solía encender con su contagiosa voz y ese ritmo inconfundible de la salsa colombiana, una de las más admiradas dentro del contexto musical afro-latino-caribeño-americano.

La imagen que más recordamos quienes vamos rumbo a los 40 años es la del sonriente y quimboso Arroyo al frente de su propia orquesta, La Verdad con la que acuñó éxitos en los 80s como Las cajas, Pa'l bailador, En Barranquilla me quedo, Rebelión (más conocida por su estribillo No le pegue a la negra) y el clásico La noche que se hizo popular entre la juventud actual en versión del también colombiano Juanes.

Pero la fama ya era un tema conocido para el sonero en esa época. Desde la primera mitad de los 70s, Arroyo ya había impuesto su presencia como vocalista en una de las orquestas más conocidas de la movida salsera de la tierra del café (y de mi mamá): Fruko y sus Tesos liderada por el bajista y compositor Julio Ernesto Estrada. Con esta orquesta, el cantante saltó a la palestra con temas inolvidables como Catalina del Mar, El cocinero mayor, entre otras, todas estas grabaciones fueron lanzadas por el entonces prestigioso sello de música latina Discos Fuentes. Posteriormente, Arroyo integró por un breve tiempo The Latin Brothers orquesta que seguía el camino trazado por Fruko. Una lamentable pérdida para la música latina pero su sabor y estilo inconfundible quedarán siempre con nosotros.





Dos salsas colombianas clásicas: Catalina del Mar y El cocinero mayor


Una salsa inolvidable: El son del caballo




Dos buenos ejemplos de la buena salsa que hizo Joe Arroyo en los 80s: Rebelión y Por ti no moriré

domingo, 24 de julio de 2011

AMY WINEHOUSE


En esta época de artistas 100% desechables, de música sin substancia y carreras que ya se consideran "clásicas" después de solo dos discos, la presencia de Amy Winehouse constituía una auténtica bocanada de aire fresco. No importaba que su excelente voz estuviera influenciada por las grandes del soul como Aretha Franklin o Sarah Vaughan ni que su banda pareciera una combinación de los Blues Brothers con la máquina sexual de James Brown. Precisamente en eso consistía su atractivo: sin ser exhibicionista como las "princesitas del pop" (léase todas desde Britney Spears hasta Lady Gaga ni caer en el ruido caótico del hip hop en su zona más ligera (Black Eyed Peas o Alicia Keys, Amy Winehouse tuvo éxito de inmediato con el insumo básico que todo verdadero artista debe mostrar: talento.

Lamentablemente - y también como muchos otros grandes artistas de la historia del pop rock mundial - el talento de la Winehouse iba de la mano de una personalidad inestable, múltiples adicciones y un intencional apego a los extremos. La cantante y compositora británica acaparó titulares por sus constantes problemas de salud dentro y fuera del escenario. Lo más común era verla sumamente delgada e intoxicada en sus conciertos y poco a poco, su brillo musical se fue apagando para dar paso a una personalidad agresiva y diletante. Las increíbles ventas de sus dos únicos discos - Frank (2003) y Back to black (2006) - la hicieron conocida en todo el mundo y recibió halagos y premiaciones de todo tipo. Asimismo, era artista fija en todos festivales prestigiosos de Europa y EE.UU., compartiendo escenarios con diversos grupos y solistas famosos de rock a pesar de su estilo sofisticado y poco parecido a las tendencias de la escena musical moderna.

Amy Winehouse fue encontrada muerta ayer por la mañana en su casa ubicada en Camden, Londres. Aun las causas no se han establecido con claridad pero todo hace suponer que se trata de una sobredosis. En realidad, no sorprende mucho la noticia, aunque sí es triste ver cómo una estrella verdadera, joven y talentosa, sucumbe víctima de sus propios demonios. Nos quedan dos discos brillantes de exquisita música soul, R&B, blues y jazz, canciones que da gusto escuchar en estos días dominados por las cajas de ritmo, los DJs sin talento musical y los insoportables reggaetoneros/cumbiamberos. Tenía 27 años, la misma edad a la que fallecieron otros grandes de la música como Brian Jones, Jim Morrison, Janis Joplin, Jimi Hendrix y Kurt Cobain.