La guitarra flamenca es una de las expresiones mmusicales más desafiantes y poco accesibles del espectro sonoro mundial. Tanto por la complejidad de su ejecución para sus exponentes como por la dificultad que representa para el oyente el poder apreciarla en todo su amplio rango de expresividad. La guitarra flamenca es el alma del pueblo andaluz y son pocas las personas que, sin provenir de ese lugar, Andalucía, sean capaces de interpretarla de manera apropiada (en nuestro país por ejemplo abundan los cultores del flamenco pero solo Riber Oré o Adolfo Macalopu se acercan al sentimiento real de este toque.
Por eso, a pesar de ser uno de los géneros musicales más fascinantes, es poco popular y actualmente, que el declive en los niveles de apreciación del público en general es cada vez mayor, la sensación de pertenecer a una élite es más fuerte entre quienes realmente disfrutan de esta mágica forma de tocar. Sinuosa, sorprendente, sensual y agresiva, la guitarra flamenca ha llegado a nuestros oídos en las prodigiosas manos de Paco de Lucía y aunque hay una enorme cantidad de excelentes cultores de bulerías, cantejondos, rumbas y soleares, casi pareciera que Francisco Sánchez Gomes (verdadero nombre del genial Paco) es el único artista que vale la pena conocer, ver y oír.
Eso, desde luego, no es cierto. Hay guitarristas flamencos que, sin llegar a las alturas de de Lucía se han nutrido de su arte y han continuado la senda del flamenco con exitosos resultados, más allá de las opciones comercialmente reduccionistas que ofrecen lo que podríamos llamar "el flamenco for dummies": conjunto que, sobre la base de un genuino conocimiento e interpretación flamenca, simplifican y de alguna engañosa manera, modernizan el complicado sonido flamenco para hacerlo más accesible a las masas que solo lo ven como una música de fondo, como algo que puede acompañar a una base electrónica o de chill-out.
Uno de esos artistas flamencos que hoy lleva la posta del maestro de Algeciras es Vicente Amigo, excelente músico español nacido en Sevilla y criado en Córdoba, que apareció como la nueva promesa de la guitarra flamenca a inicios de los 90s y hoy, siete discos después, es considerado uno de los principales exponentes del sentir flamenco, sin que eso le impida combinar el rico acervo de la música andaluza con cadencias latinoamericanas, de jazz y hasta de música clásica, tanto así que a nivel compositivo se le ha llamado "el Chopin de la guitarra flamenca". En su última producción discográfica, titulada Paseo de gracia (2009), Amigo acerca su guitarra flamenca a los sonidos del pop, e incluye a invitados especiales como Niña Pastori y Alejandro Sanz, dos artistas españoles de perfil masivo con ascendencias andaluzas.
Vicente Amigo visitará Lima por primera vez el próximo 19 de julio y ofrecerá un concierto en el auditorio del Colegio Santa Úrsula, oportunidad de lujo para entrar en contacto con su toque fino y profundamente emotivo.
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