La primera vez que escuché a los Red Hot Chili Peppers fue a principio de los 90s, en un programa de videos musicales que la televisión nacional sostenía a pesar de sus bajas audiencias. No recuerdo bien quién lo conducía pero siempre presentaba el tema como un cover de Stevie Wonder. Mi cultura musical no era tan amplia como lo es actualmente y no encontraba la relación entre ese bajista eléctrico (en todos los sentidos de esa palabra) de pelos amarillos que hacía líneas frenéticas de un tema que sonada a medio camino entre lo alternativo de Soundgarden y el rap blanco de The Beastie Boys.
El tema era, por supuesto, Higher ground (ver la versión original del genial Stevie Wonder aquí) y tuvieron que pasar unos cuantos años para que me enterara de que pertenecía al cuarto álbum de la banda. Esto quiere decir que para la primera vez que los escuché los Red Hot Chili Peppers eran ya un grupo experimentado y establecido dentro de la escena norteamericana y sus pergaminos iban más allá de la onda grunge que dominó esa década. Algo tenían estos saltarines que te dejaba con deseos de consumir más de lo suyo.
Su estilo fue desde el comienzo una bizarra combinación de funk, rock, heavy metal y rap que se las arregló siempre para mantenerse a la vanguardia de ese peculiar estilo (aunque personalmente siempre me gustó más Primus) y en lo particular, creo que el principal atractivo de su música fue, es y será el talento de Flea en las cuatro cuerdas. Considerado uno de los bajistas más sorprendentes de los últimos 20 años, Michael Balzary (su verdadero nombre) sostiene el peso de los ritmos alocados de este cuarteto californiano que tocará, por primera vez, en Lima el próximo 14 de septiembre.
Después de casi tres décadas de carrera, los Red Hot Chili Peppers ya son toda una institución del rock mundial. Es cierto que su estilo ha mutado con los años y que ya no suenan tan desafiantes con en sus primeros álbumes, pero la experiencia y el talento creciente de sus integrantes ha permitido que continúen produciendo música estimable y muy exitosa comercialmente hablando. Su historia está plagada de excesos y cambios de guitarristas (desde el comienzo hasta hoy han tocado en la banda hasta ocho, de los cuales los más destacados han sido sin lugar a dudas John Frusciante y Dave Navarro) así como de momentos para la historia del rock alternativo como sus apariciones estelares en festivales como Lollapalooza y Woodstock 99 en los que sorprendieron a medio mundo por sus nada convencionales hábitos sobre el escenario.
En la gira que los trae por nuestro país presentan parte de su nuevo material de estudio I'm with you lanzado este año (cinco después del álbum doble Stadium Arcadium del 2006) así como a su "nuevo" guitarrista Josh Klinghoffer - las comillas son porque Klinghoffer es un viejo amigo de los RHCP y colabora con ellos desde hace prácticamente una década.
Sin duda alguna se trata de una de las bandas más importantes del establishment musical norteamericano que llega para poner en movimiento a sus más fieles fans, que en estas latitudes se cuentan por miles.
Higher ground, original de Stevie Wonder
Suck my kiss, del clásico álbum Blood sugar sex magic de 1991, en el que también están las conocidas Under the bridge y Give it away
Road trippin', del disco Californication de 1999, un sonido más maduro e igual de bueno
Dani California de Stadium Arcadium, me gusta más el video que la canción
Un jam del 2006, esperemos que sigan haciéndolos con el nuevo guitarrista
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