sábado, 24 de marzo de 2012

PARA QUIENES NO LA VIERON...

Hace un par de años, El Tromercio lanzó una colección de CDs de rock con un folleto informativo que era para salir corriendo. Además de estar escrito con sintaxis simiesca, contenía una serie de gazapos y pifias informativas que me hicieron pensar que las había redactado un periodista de farándula en lugar de un conocedor. Esta fue mi reacción ante tamaño despropósito...

Hola a todos... una de las manifestaciones más evidentes del atraso cultural de nuestra prensa es el eterno segundo plano en que se mantienen las informaciones acerca del mundo de la música. No sé cómo será en otros países, no he tenido la oportunidad de viajar al exterior, pero desde que tengo recuerdo, la actividad periodística en el Perú se ha mantenido voluntariamente al margen de la evolución y desarrollo de las escenas musicales alrededor del mundo, incluida la local.

A lo largo de los últimos 20 ó 25 años hemos visto suplementos dedicados al teatro, al cine, a la farándula, a la literatura, a las artes plásticas, etc... Sin embargo, el siempre cambiante y fascinante universo de la música, en cualquiera de sus formas, nunca ha tenido esa cobertura por parte de los medios de prensa (me refiero en particular a la "prensa escrita", valga la redundancia) que únicamente cubre notas sobre músicos, géneros, festivales, lanzamientos o cualquier otro de los tópicos asociados a la industria en pequeñas notas insertadas en el segmento de espectáculos, entre faranduleros de la fauna local o glamorosas estrellas de Hollywood.

Los músicos sólo son noticia cuando protagonizan algún escándalo, cuando aparecen en la tele y en el cine haciendo otras cosas o cuando se mueren. Ni siquiera cuando llegan a tocar al Perú - en especial en esta época que nos ha permitido tener entre nosotros a notables figuras del arte musical como Roger Waters, Joe Satriani, Paquito de Rivera, Yo Yo Ma, entre otros - se puede observar un mayor interés por estos acontecimientos de amplio valor cultural y artístico.

Antes pensaba que este fenómeno tenía que ver únicamente con el rock, por sus características rebeldonas, desordenadas o "anti-sistema" (para utilizar un término de moda), pero poco a poco fue quedándome claro que, para los editores de los principales medios escritos de este país, la música no es una actividad que merezca ser individualizada en una sección, un suplemento semanal, una revista de calidad.

En medio de esa situación de abierta discriminación - absurda desde cualquier punto de vista - y ninguneo a la actividad musical, practicada por los medios convencionales (no me refiero, desde luego, a las esforzadas publicaciones que no sólo apuestan por escribir sobre rock o jazz, con tirajes reducidísimos y frecuencias aleatorias, sino que además lo hacen desde un punto de vista crítico, osea, hablan de los músicos menos "llamativos" desde un punto de vista "comercial") podríamos considerar que el diario El Comercio marca la diferencia con los espacios que mantiene, tanto en su sección Luces como en sus suplementos estrella Somos y El Dominical, como únicas fuentes de información local, relativamente informada, acerca de las movidas musicales de cualquier género, época y procedencia.

Por ese motivo esperaba que la colección de DVDs Los Clásicos del Rock que empezó a salir el viernes 19 de septiembre en "el decano de la prensa nacional" se pusiera, por fin, a la vanguardia de la desnutrida prensa musical local con un producto de calidad. Lamentablemente no ha sido así. Y me extraña porque este diario tiene en sus filas a algunos de los comentaristas y críticos de rock más destacados del medio. Es cierto que no siempre estamos de acuerdo con sus conceptos o preferencias, pero estoy seguro de que Rafo Valdizán, Raúl Cachay o Francisco Melgar hubieran podido elaborar un folleto informativo mejor escrito que el ofrecido en el número 1, dedicado al gruo británico Yes.

Este folleto, que viene adjunto al DVD Symphonic Live (2002) presenta un nivel de redacción muy por debajo de lo que normalmente muestran los mencionados periodistas u otros como Oscar García o el mismo Alonso Rabí do Carmo, destacadísimo periodista, escritor y crítico de arte que, sorprendentemente, aparece en los créditos como Corrector de Estilo o algo así. Pero no sólo es que la redacción no sea satisfactoria, sino que además contiene datos inexactos (por ejemplo, al referirse a la visita de la banda al Perú en 1999, no menciona la presencia de Billy Sherwood como segundo guitarrista o al afirmar, hasta en dos ocasiones, que el baterista Alan White había tocado con Frank Zappa antes de reemplazar a Bill Bruford). Asimismo, la infografía dedicada a la discografía oficial de la banda no está completa y no complementa las imágenes con una relación más detallada que incluya grabaciones en vivo, recopilaciones, DVDs oficiales, etc...

¿Razones de espacio? poco fáciles de aceptar si vemos las inmensas fotos, sin leyendas, que figuran en varias de las 16 páginas del consabido folleto (uno de los argumentos de venta que se vienen utilizando para promocionar la colección). Para los rockeros - no "roqueros" como figura en la contracarátula del DVD en cuestión - esto es indignante, tanto para los fans de la literatura que detecten dislates en alguna reseña de la obra de Mario Vargas Llosa o para los cinéfilos que encuentren un especial acerca de Ingmar Bergman que no consigne una filmografía completa, cuando todo en las promociones y en la diagramación parecían indicar que de eso se trataba el suplemento ofrecido.

Es lamentable que El Comercio esté desaprovechando esta aplaudible iniciativa de su departamento de promociones y publicaciones especiales, con una elaboración que denota más bien poco rigor y seriedad al momento de encarar una colección de conciertos de rock que pretende alzarse como LA MEJOR. Quizás tenga que ver, otra vez, con esa costumbre de considerar a la música - y en particular al rock - como una expresión artística menor, de segunda categoría, cuando realmente constituye uno de los capítulos más importantes e influyentes del arte popular contemporáneo y que ha generado infinidad de íconos y momentos de trascendencia artística, social y política.

Cabe señalar que los 12 DVDs que conforman la colección Los Clásicos del Rock de El Comercio, son títulos producidos y distribuidos por el sello inglés Eagle Rock Entertainment, que ofrece un catálogo interesante de títulos y artistas, como compensación frente a una calidad de imagen y sonido que presenta ciertos altibajos. Desde luego eso no significa que los conciertos en sí mismos carezcan de atractivo. Por el contrario, quizás debamos tomar esto como un buen primer paso pero que debe ser realizado respetando los estándares de calidad y de información que sean dignos de estos artistas y de sus seguidores.

El número 2, anunciado para el próximo viernes, es el DVD The Way We Walk (2002) de Genesis, otra leyenda del rock progresivo británico. Como en el caso de Symphonic Yes, lo más probable es que mientras el DVD será un placer para ojos y oídos, el folleto no irá necesariamente en la misma dirección. Salvo que se apliquen las urgentes y obligatorias correcciones... El Comercio tiene la palabra... Hasta la próxima...

2 comentarios:

  1. que yo sepa la música es el cuarto arte, el primero es, lógicamente, la arquitectura.

    el comercio es lo que su nombre indica, no creo que les interese informar con o sin veracidad a la gente, desean vender su envoltorio de pescado lo más rápido posible.

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