La primera canción que escuché de The Beastie Boys no tenía nada de rap o hip hop. Era más bien un tema rockero llamado (You gotta) Fight for your right (to party) de 1986. El video dejaba en claro que no se trataba de una banda perteneciente a la ola de grandilocuentes bandas metaleras de aquella época. Todo lo contrario pues se trataba de un trío de lo más divertido y desfachatado y aun sin conocer más de aquel primer disco, me quedó claro que ese tema era una parodia al espíritu fiestero de la escena musical de Los Angeles.
El eclecticismo de estos tres neoyorquinos de ascendencia judía no tuvo límites en la década de los 90s. Aunque sus inicios se remontan a la segunda mitad de los 80s como un trío de punk y hardcore que llegó a ser telonero de grandes del género cono los Dead Kennedys o Bad Brains, pronto quedó claro que lo suyo era entrometerse en la subcultura negra del rapeo más callejero y agresivo. Sus letras y mezclas fueron de la mano con su actitud confrontacional y directa hasta convertirlos en el grupo de rap más respetado por la comunidad afroamericana. Sin embargo, en sus álbumes nunca dejaron de establecer claramente que lo suyo no eran solo juegos de palabras, overoles, viseras puestas al revés y cadenas. Michael Diamond (Mike D, batería), Adam Horovitz (Ad-Rock, guitarras) y Adam Yauch (MCA, bajo) eran hábiles con los micrófonos y las rimas pero también con los instrumentos más orgánicos y podían pasar de fraseos lanzados sobre mezcladoras a convertirse en un power trío de guitarra-bajo-batería de un momento a otro o grabar sorprendentes álbumes de jazz fusión como The mix up de 2007.
Apoyados desde 1998 por el cuarto beastie boy, el DJ y amo de las mezclas Mix Master Mike (alter ego de Michael Schwartz), el trío publicó entre 1986 y 2011 ocho notables discos y se convirtieron en una de las mejores bandas del amplio espectro musical que hoy conocemos con el nombre genérico de rock, durante una década marcada por la homogeneidad y el aburrimiento en cuanto a propuestas sonoras. The Beastie Boys hicieron el mejor rap blanco del mundo, mucho antes de la aparición de Eminem y consolidaron una carrera auténtica, cargada de personalidad y talento, al margen de las tendencias y los mandamientos de la industria discográfica comercial. Mientras que el supuestamente agresivo Eminem ahora graba memeces con Rihanna, los Beastie Boys aun conservaban su capacidad de asombrarnos con producciones como Hot Sauce Committe Part Two, su última producción discográfica, cuya grabación y lanzamiento estuvieron marcadas por el diagnóstico de cáncer que recibió Adam Yauch en el 2009. La terrible enfermedad acabó con la vida del talentoso músico hace un par de días. Probablemente no volvamos a escuchar nada nuevo de The Beastie Boys tras esta lamentable pérdida, pero queda su legado musical, aun inexplorado por las generaciones actuales.
De su primer álbum Licensed to ill (1986)
De su tercer álbum Check your head (1992)
Este tema, Sabrosa, es una de las primeras incursiones del trío en estilos mucho más sofisticados que todo el hardcore y el rap que habían hecho hasta entonces. Del cuarto álbum, Ill communication de 1998.
En 1995 lanzaron Aglio e Olio, un EP en clave punk (tema: I want some)
Off the grid, del genial The mix up (2007)
Su último videoclip, Make some noise, con la participación de diversas estrellas del cine y la televisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario